Con gastronomía, música y ceremonias, Florencio Varela celebra la Fiesta de la Pachamama
El partido bonaerense de Florencio Varela se prepara para rendir homenaje a la Madre Tierra con una nueva Fiesta de la Pachamama. Se trata de la edición número 30, la cual contará con diversas propuestas tradicionales, gastronomía, música y más.
La cita, con entrada libre y gratuita, será en el Museo Histórico Provincial «Guillermo Enrique Hudson» -calle 1356 entre Av. Hudson y 1379- el domingo 4 de agosto, de 10 a 18 horas, fecha que coincide con el natalicio del recordado escritor y el Día del Naturalista. Desde la organización, aclararon el pago de un bono contribución para acceder al estacionamiento.
A lo largo de la jornada, organizada por la Asociación Amigos Museo Hudson con el acompañamiento de la Municipalidad de Florencio Varela, los vecinos y visitantes podrán disfrutar de grupos folclóricos de música y danza y la tradicional ceremonia de la Pachamama. A su vez, podrán degustar de una amplia oferta gastronómica típica que incluirá platos y bebidas como locro, tamales, humita, empanadas jujeñas, empanadas salteñas y santiagueñas, rosquete, chicha de maíz.
«Un mensaje propiciatorio para solicitar a la Madre Tierra -Pachamama- y a Tata Inti -Padre Sol- buenas cosechas más fortuna con las siembras tanto de primavera como verano”, remarcó Rubén Ravera, director del Museo. “La ceremonia consiste en abrir una cavidad en el suelo donde, durante la jornada, colocar ofrendas variadas como alimentos y bebidas”, añadió.
La Pachamama es la más popular de las creencias mitológicas del ámbito incaico que aún sobrevive con fuerza en algunas regiones de la provincia. La evangelización no logra extirpar la presencia de la Pachamama (Madre Tierra) en la vida espiritual de las comunidades aborígenes, ni termina con las manifestaciones rituales campesinas con las que se la venera.
Pachamama es descrita como «la Tierra en un sentido profundo, pero no el suelo o la tierra geológica, así como tampoco el cielo cristiano es el cielo cosmográfico. La Pachamama es todo, explica todo y si bien, repetimos, no está localizada, particularmente se la ubica singularmente en ciertos lugares naturales (ojos de agua -manantiales-, vertientes, cerros) o construidos (hoyos, apachetas, -especie de mojones, constituidos generalmente por pequeños montículos de piedras-). No obstante, se trata de una deidad, inmediata y cotidiana, que actúa directamente y por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndosele algo o disculpándose por alguna falta cometida. La Pachamama no es una divinidad propiamente creadora, pero sí es protectora; cobija a los hombres, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, el pastor de la Puna Meridional está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no sólo en los momentos y sitios predeterminados para el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad» (Merlino y Rabey 1983).