Mar del Plata se prepara para vivir la XXXVII Fiesta Nacional de los Pescadores, que tendrá lugar en la Cantina Típica, ubicada en la Banquina, desde este jueves hasta el 27 de enero.
En la fiesta inaugural, que se desarrollará esta noche desde las 21.30, además de la tradicional colada de fideos y corte de cinta, se llevará a cabo la Noche de Reinas, un festejo que rompió el molde y ahora busca elegir soberanas reales.
En el año 1932 se hizo la primera Fiesta de los Pescadores en Mar del Plata. En aquel momento asistían solo los dueños de los barcos y sus familias, la mayoría de origen italiano, y el festejo apenas duraba una semana. Hace 37 años fue declarada fiesta nacional y desde hace cuatro que busca elegir reinas cada vez más reales.
El de la pesca todavía es un mundo de hombres. A ese mundo llegó en 2008 Lorena García, marplatense, vecina del puerto, con el recuerdo de un abuelo pescador, para hacerse cargo de la organización de la fiesta. Con sólo 24 años conoció ese universo lleno de tradiciones oculto en alguna parte de su ADN, el que no sabía que iba a terminar cambiando para siempre.
«En 2008 fue todo nuevo, nunca había participado de una fiesta de estas características, fue ver qué se hacía en la Fiesta Nacional de los Pescadores y aggiornarme a lo que ya estaba hecho. En 2009 tenía la experiencia del año anterior y fue a repetir lo mismo. Pero en 2010, que fue cuando salió elegida reina Alejandra Arias, una chica muy bonita pero de baja de estatura, que me llamó la atención que la gente criticara al jurado por esa elección», le contó a Infobae Lorena.
Hasta hace cuatro años la Fiesta Nacional de los Pescadores, para elegir a su reina y sus princesas, tenía requisitos muy similares a los que -aún hoy- mantienen otras fiestas tradicionales: las candidatas tenían que tener entre 18 y 24 años, aunque en localidades más pequeñas que Mar del Plata las convocatorias son desde los 15, había que ser soltera, no tener hijos y una de las pasadas tenía ser en traje de baño. Esas eran las reglas. Y nadie quería cambiarlas.
«Hace unos cuatro años lo que notaba era que las chicas al estar frente a un jurado de gente que no conocían, en malla, respondiendo preguntas, estaban incómodas. Y cuando las chicas viajan a representar a la ciudad nunca van en traje de baño, entonces planteé en la Sociedad de Patrones Pescadores cambiar esa modalidad de elección», repasó la organizadora, que consiguió que la fiesta se convirtiera en la primera a nivel nacional en quitar los trajes de baño.
«Fuimos muy criticados, sobre todo de parte de los hombres, pero al año siguiente muchas otras fiestas quitaron los trajes de baño», dijo Lorena, que sin embargo destacó que la Sociedad de Patrones Pescadores, organizadores de la fiesta, siempre estuvieron a la altura de sus propuestas, abiertos a correr un riesgo que íntimamente ella sabía necesario.
«El primer año cuando saqué el traje de baño, una chica muy flaquita, uno diría de medidas 90-60-90, nos contó que ella nunca se había anotado antes por una cicatriz de nacimiento que tenía. Era el traje de baño lo que no la dejaba presentarse. Ese año ella quedó preseleccionada entre las 12 candidatas, no ganó, pero volvió a presentarse en otra edición y fue princesa», confió Lorena, sobre una de las experiencias a través de las que empezaba a demostrar que en ese punto difuso que ella había divisado en el horizonte, podía ser tierra firme.
En 2016 una chica le habló por teléfono y le dijo que quería anotarse, pero que era mamá. En mayo de ese mismo año Tamara Fernández había sido elegida Reina Miss Mundo Neuquén y se había ilusionado con ir a competir a Buenos Aires, donde se definiría entre todas las soberanas provinciales, a la representante de Argentina en el reconocido certamen mundial. Pero a dos meses de esa elección el organizador en su provincia la llamó para decirle que estaba descalificada. La razón era Cloe, su hija de dos años. Otras concursantes la habían denunciado. Lo curioso fue que Tamara nunca había ocultado su maternidad y hasta lo había manifestado al momento de la inscripción.
«Para mí fue un quiebre. Si la mujer puede repartir su tiempo entre ser reina, mamá y trabajar o estudiar siendo ama de casa, no debería ser un problema convertirse en reina», consideró entonces Lorena, que logró que ese año le permitieran a modo de excepción que participara la candidata. «Al año siguiente todas las madres podían participar y después sacamos también lo de ser soltera», agregó. La Fiesta Nacional de los Pescadores seguía yendo contra la marea, buscando marcar un nuevo camino.
En 2018 la organizadora fue más allá. Se paró otra vez frente a las autoridades de la Sociedad de Patrones Pescadores y planteó sacar el tope de edad. «Pensé que si hay una mujer que tiene 30 años y tiene las condiciones por qué impedírselo. Tener entre 18 y 24 años no te da ningún don», explicó.
«Lore se va a presentar una abuela», se ríe acordándose de lo que le dijeron en aquel momento. El año pasado, en la edición número 36 de la fiesta, no hubo tope de edad. Se presentó una mujer de 72 años y entre las 12 seleccionadas estuvo Alejandra Maidana, en ese momento de 46 años, que fue elegida princesa, que es mamá y que también es abuela.
«En la cantina cuando ella contaba en el escenario que tenía 46 años toda la carpa aplaudía y eso me llenaba de orgullo por todas las críticas que había recibido», admitió Lorena a Infobae . Este 2019 se presentaron 86 mujeres, la mayor de 51 años, aunque la más grande de las 12 que fueron seleccionadas, las que se presentaron esta semana en la Banquina, tiene 35. Hasta no hace mucho algo impensado.
Este año también hay cambios. Se implementó una nueva modalidad de evaluación del jurado. Las finalistas van a presentar un trabajo escrito y oral a través del cual deberán desarrollar como temas: «El Puerto, un atractivo lleno de historias» y «Mar del Plata turística los 365 días del año». La modificación intenta alejar cada vez más la elección de standards de belleza.
«Antes vos en la planilla tenías que completar poniendo medidas, cuánto calzás, el color del pelo, cosas que cuando entré en 2008 empezamos a cambiar porque eso no debería ser lo importante», vuelve Lorena. «Desde 2011 empecé a trabajar para que se entienda que esto no es un certamen de belleza, a tratar de inculcar esto, pero estamos en 2019 y todavía no lo logro. Sigo recibiendo mails con críticas a lo que el jurado elige por cuestiones que tienen que ver con lo físico», dejó saber, antes de compartir un deseo: «Las chicas tienen cuerpos reales. Elegimos cambios en la sociedad pero culturalmente siento que no estamos preparados. Ojalá ese cambio cultural llegue pronto a todas las fiestas».
Fuente consultada: infobae