Un poncho lumínico cubrió anoche al Obelisco poco después del lanzamiento de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, que se celebrará en julio en Catamarca, y que en ese acto en la Ciudad de Buenos Aires recibió la Marca País de parte del Ministerio de Turismo (Mintur).
Fue una gran noche para Catamarca en un hotel céntrico donde hubo una serie de números artísticos y desfiles de ponchos, además de los discursos de autoridades nacionales, provinciales y anfitrionas.
La Fiesta Nacional e Internacional del Poncho se realizará del 14 al 23 de julio próximo en la capital catamarqueña, con la participación de más de 750 artesanos de todas las provincias argentinas y de otros países de Latinoamérica, con espectáculos musicales todas las noches.
Se trata de la fiesta de invierno más importante de Argentina, que registra unas 450 mil visitas durante sus 10 días de duración, en el Predio Ferial Catamarca, en San Fernando del Valle.
La presentación se realizó en el hotel Panamericano, donde estuvieron la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci; su secretaria de Turismo, Natalia Ponferrada; el ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, y el director general del Ente de Turismo porteño, Gonzalo Robredo, entre otros.
En el Salón Río Paraná, luego de la apertura a cargo de Ponferrada, Santos anunció la decisión de otorgar la «Marca País» a la Fiesta del Poncho.
Esto implica, dijo, «que la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho estará en cada feria internacional que vayamos, representando para siempre a la República Argentina», lo que generó aplausos de toda la concurrencia.
Santos aclaró que el otorgamiento formal de la Marca País lo hará a la gobernadora Corpacci en julio próximo en Catamarca, durante le Fiesta del Poncho.
Poco antes, el ministro resaltó el valor de esta 47ª edición de la fiesta que comenzó hace 50 años, en homenaje a una prenda tan noble y tan identitaria de la tradición argentina y de Catamarca en particular, en este caso.
Santos sostuvo que «el poncho es el abrigo que necesitamos todos, para abrigarnos, tanto para abrigar a la gente como para abrigar al país».
Luego, la gobernadora de Catamarca dijo que cumplió «el sueño de vestir hoy al Obelisco de poncho, algo que nos llena de orgullo», y agradeció las gestiones respectivas de autoridades del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Corpacci mencionó que Catamarca tiene muchos atractivos, como la Ruta 40, la Fiesta de la Mandarina, la Ruta del Adobe, artesanías, productos textiles, sus variados paisajes y que está de temporada todo el año, y cerró afirmando sentirse «muy orgullosa de que nuestro poncho esté en el corazón del país».
La secretaria de Turismo provincial, Ponferrada, en declaraciones posteriores a Télam recordó que «esta fiesta nació como homenaje a esas manos silenciosas, trabajadoras, que hacen esta prenda en los telares».
«La idea era darles la promoción a esos tejidos artesanales de Catamarca -siguió la funcionaria- y hoy esas prendas recorren el mundo y nuestros artesanos siguen trabajando en esos telares».
Luego sostuvo que «la Fiesta del Poncho se ha ganado este lugar y se ha transformado en la fiesta de invierno más importante de Argentina», y aclaró para quienes concurran que «empieza a las dos de la tarde y termina cuando cada uno tiene ganas que termine».
A continuación, Santos y Robredo recibieron como obsequio sendos ponchos, tejidos a mano por la internacionalmente reconocida artesana Guillermina Zárate -presente en el lugar-, de la localidad de Fray Mamerto Esquiú, cuyas obras se venden en distinguidas galerías de Milán y París.
En un video que se proyectó a continuación sobre la historia de la Fiesta del Poncho, se definió a esta celebración como «una manifestación de la esencia de la catamarqueñidad».
El Ballet Folclórico Municipal de San Fernando del Valle inició el espectáculo, con un número de danza fusión entre lo folclórico y lo moderno, para más tarde cerrar con otro netamente tradicional.
Su actuación se intercaló con desfiles de modelos que lucían ponchos de varios productores artesanales catamarqueños y la música y el canto que llevaron otros artistas, como Emilio Morales y Juan Ignacio Molina, con sus grupos.
Al finalizar el acto en el hotel, el lanzamiento continuó a un centenar de metros del lugar, cuando funcionarios y miembros del Ballet Folclórico Municipal se trasladaron hasta el Obelisco.
Allí lo jóvenes ataviados con indumentaria típica de la provincia rodearon la base del icónico monumento porteño con un poncho de 16 metros de largo que pesa unos 50 kilogramos, mientras mediante un «mapping» se vestía el resto de la estructura con un poncho e imágenes de paisajes catamarqueños y textos alusivos a la fiesta.
Fuente consultada: Télam